domingo, 26 de agosto de 2012

Vivo en Virtualia


Mi lugar de residencia físico es en Santiago de Chile, pero cada vez paso más tiempo en Virtualia.

Virtualia es el país más grande del mundo, con dos mil millones de habitantes de todas partes del mundo. Tiene la economía más pujante del planeta, creciendo por sobre el 15% anual desde que se fundó. Es el lugar donde más se están creando empleos, con 2,6 empleos nuevos por cada uno que se destruye.  El año 2010 movió más de 8 trillones de dólares en comercio, y a pesar de que es de reciente creación, su PIB ya supera al de Canadá. Ha permitido la creación de las empresas más valiosas de la historia.

En Virtualia todos somos iguales. No importa si entraste a través de una conexión de fibra óptica a 100 Mbps o en un cibercafé de una población a 512Kbps; no importa si usaste lo último de Apple o un PC antiguo. Una vez dentro, todos cuentan por igual, sin discriminación de raza, edad, estrato socioeconómico, género, creencias religiosas o país de origen. Lo de “igualdad de oportunidades” no es un slogan ni un ideal: es real. Todos tienen acceso a la misma información y a las mismas herramientas: para buscar información, para informarse, para entretenerse, para buscar trabajo, para trabajar, para educar, para aprender, para comunicar, para contactar, para emprender, para innovar, para opinar, para mover, para impulsar, para cambiar…

En Virtualia hay verdadera libertad. Libertad de expresión, libertad de asociación, libertad de reunión, libertad de pensamiento. Y se puede ejercer efectivamente. Puedes opinar de lo que quieras, con quien quieras y cuando quieras. Puedes participar en miles de foros sobre cualquier tema y debatir tus ideas. Pero esta libertad es con responsabilidad, puesto que todo lo que digas o escribas ¡queda grabado! Cada uno es responsable de sus dichos y posiciones. Y si cambias de opinión, está perfecto. Y si a alguien le parece mal, habrá otros que les parezca bien. En Virtualia no tienes que temer. Hay algunos países en los que lamentablemente este derecho está perseguido, pero la inmensa mayoría que llega a Virtualia puede ser verdaderamente libre.

En Virtualia trabajamos en conjunto. A través de redes cooperamos para llevar a cabo algo en común. Nos unimos detrás de proyectos comunes. Podemos encontrarnos rápidamente, organizarnos y comenzar a actuar. La mayoría de las veces, lo hacemos sin esperar dinero a cambio, ni buscar fama ni ninguna otra recompensa. Apoyamos las causas que nos parecen justas, disentimos de las que no estamos de acuerdo. Nos enfrentamos, pero nadie sale herido. No hay sangre. Tenemos más o menos un consenso sobre lo que es correcto y lo que es incorrecto. Tenemos nuestra agenda: no la ponen ni los gobernantes, ni la política, no los medios de comunicación,  ni las grandes corporaciones.  En Virtualia todos pueden comunicarse con todos, por múltiples medios. Llegando al contacto del contacto del contacto del contacto del contacto, podernos llegar a cualquiera de los 2 mil millones. En cinco pasos.

En Virtualia no hay un “gobierno central”. Realmente, es el gobierno de la gente con la gente y para la gente. El crecimiento económico, el enorme dinamismo social, la gran innovación generada, no es gracias a ninguna política de un gobierno concreto. La hemos construido entre todos. Los gobiernos nos han ayudado quedándose al margen. En Virtualia nadie manda. Nadie puede decir que lo controla, y no hay manera que lo haga. Los poderosos en Virtualia pueden perder su poder en cuestión de un par de días, y lo han aprendido rápido, porque el poder no viene de ellos sino de la gente que confía en ellos. Para tener, tienen que dar. Para recibir, tienen que compartir. Si no, se quedan sin público.

Por lo tanto, en Virtualia lo de “libertad, igualdad y fraternidad” tampoco es un slogan, sino una realidad. Estamos haciendo una revolución genuina, sin pasarnos a llevar a nadie, sin buscar derramamiento de sangre. La primera revolución incruenta de la historia de la humanidad. En Virtualia lo de los “derechos inalienables evidentes, entre los que se encuentran la libertad, la vida y la búsqueda de la felicidad” no son retórica vacía, sino realidad. Sabemos que no cae del cielo, y que hay que ganarlo, pero sabemos también que es posible para todos, no solo para una élite.

En Virtualia estamos revolucionando la educación. Estamos yendo hacia una sociedad y una economía basada en activos intangibles e inherentes al ser humano: los talentos. Nuestra meta es que todos los habitantes de Virtualia puedan desarrollar todos los talentos con que nacen, porque sabemos que de hacerlo, todos ganamos. Así pues, estamos trabajando en nuevos modelos educativos que permitirán una educación de calidad, universal, personalizada y a una fracción del costo actual. Somos conscientes que la educación es la gran herramienta que permitirá el bienestar a todos los habitantes de Virtualia. No nos bastan los 2 mil millones: queremos que todos los habitantes de la Tierra vivan acá.

En Virtualia las cosas son más sencillas. No hay filas: ¡siempre te atienden inmediatamente! No necesitas sacar "número de atención", ni levantarte más temprano para ser recibido, ni perder tiempo en transportes para hacer cualquier cosa. Los trámites son rápidos. Los certificados te los dan inmediatamente. No necesitas ir al Banco, ni a la AFP, ni a la ISAPRE a comprar bonos de salud. No hay que llenar formularios con el impuesto a la renta, viene hecho, y si te sale a devolver, estás entre los primeros de la lista. 

En Virtualia también hay mal, no todo es color de rosa. Pero sabemos que, hasta el fin de los tiempos, el trigo y la cizaña crecerán juntos, lado a lado. La ventaja es que, como estamos más o menos de acuerdo en qué es bueno y qué es malo, estamos de acuerdo en qué mal combatir, y como somos miles de millones más quienes no queremos lo que consideramos malo, nos apoyamos mutuamente para combatirlo, siendo mucho más eficientes cada día que pasa.

Hay miles de millones de personas que aún no pueden incorporarse a esta tierra de oportunidades. Hay millones de personas que manejan países, negocios y organizaciones, que aún no se dan cuenta lo que está pasando frente a sus ojos, e insisten en seguir haciendo lo que han hecho siempre pensando que es la única forma de seguir adelante. Antes de que pasen 20 años, se encontrarán con que la mayor parte del mundo ya no vive como ellos piensan que vive. Verán que se mudaron a Virtualia. Porque Virtualia está en el alma de todas las personas, desde que son creadas.

Alfredo Barriga

PD: para quienes aún no entienden a qué me refiero, “Virtualia” es un lugar virtual un espacio intangible donde 2 mil millones de vidas humanas pasan buena parte de sus días. 

domingo, 19 de agosto de 2012

El económicamente absurdo incremento de costos en la educación


Mi Licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid costó US$ 3,500 de la época (1972-1977), e incluía el Centro de Estudios Universitarios (CEU) del Colegio Mayor San Pablo, un centro privado de prestigio que mejoraba la educación demasiado masiva de la Complutense.  Entre el año 1977 y 1979 hice mi MBA en el IESE, que me costó US$3,600 de la época (1977-1979). Mi primer sueldo, egresado del IESE, fue de US$2,000 líquidos de la época (1979). Por lo tanto, el costo de toda mi formación superior, incluyendo un post grado en la mejor escuela de negocios de España, fue equivalente a menos de 7 meses del sueldo inicial que tuve una vez egresado.

Mi hijo acaba de salir de Ingeniería Civil de la Universidad de los Andes. Su carrera le cuesta 27 meses de su ingreso inicial. Si quisiera hacer el MBA del IESE, mejoraría su sueldo inicial al doble, pero ahora el MBA del IESE cuesta US$ 80,000. Por lo tanto, si quisiera hacer lo mismo que hice yo hace 40 años atrás, necesitaría alrededor de 35 meses para pagar todo. Eso, antes de comprarse un auto y qué decir de una casa. Simplemente, no es rentable tener la misma formación que tuve yo hace 40 años atrás. Mi recomendación ha sido que no tome un MBA y espere a que el mercado corrija este estado absurdo de cosas, como está comenzando a suceder.

Lo explico de esta forma porque el fenómeno de la sobreinflación en el costo de la educación es mundial. ¿Qué ha pasado? Desde luego, la educación de hoy no es 5 veces mejor que la que recibí yo, y los sueldos no son 5 veces mejores.  Esto, comparando situaciones idénticas en periodos distintos (costo de educación y primer sueldo después de salir), es decir, igual paridad de adquisición de los mismos bienes, y estoy midiendo con el mismo criterio la rentabilidad de la inversión (sueldos necesarios para pagar la inversión). Y no estoy incluyendo la formación básica y media, porque no cuento con los números de antes, pero sé que - en unidades de fomento – el costo de dicha educación se ha incrementado en un 100% desde que llegué de España el año 1992  (en colegio privado). El costo de educación por hijo, si se lleva a un buen colegio privado, asiste a una buena Universidad – pública o privada – y lleva a cabo un posgrado, es de alrededor de 70 millones de pesos.  No es de extrañar que los matrimonios jóvenes se lo piensen mucho antes de tener un hijo (además, están pagando su formación).

Según un estudio de Mc Kinsey[1], el 80% de los nuevos trabajos que hoy se crean en Estados Unidos requieren título profesional, pero con todas las Universidades que hoy existen allí solo se puede cubrir el 30% de dicha demanda. Así pues, el precio se dispara, se trate o no de organización con fines de lucro. En Chile sucede igual. Los aranceles de las Universidades públicas se han incrementado igual que los aranceles de las Universidades privadas, haya o no lucro de por medio. Por lo tanto, el precio no tiene que ver con el lucro.

Una de las razones de dicha inflación es el costo del profesorado. Al haber una mayor demanda por títulos profesionales y no haber aumentado la oferta de profesores, su precio subió. Las Universidades han respondido a ello contratando profesores por asignatura, una plantilla móvil por la cual pagan entre $150.000 y $300.000 al mes por asignatura, con lo cual han reducido el costo del claustro. Pero como la demanda por educación superior ha sido muy superior a la oferta, los precios igual han aumentado.

El caso es que el mercado (público o privado, me da igual) no puede dar respuesta a la demanda por formación superior con el actual modelo formativo. El claustro, la modalidad de “profesor que imparte materia”, la cantidad de alumnos por curso, lo hacen inviable. La respuesta más lógica sería más Universidades. Pero no es la respuesta innovadora. Y el mercado es innovador, y ya está dando respuestas de tal magnitud, que veremos los costos de la formación superior y de la educación en general  bajar notablemente en los próximos 7 años.

La respuesta es el aprendizaje digital personalizado. Con un cambio en los roles de los profesores y en la metodología de aprendizaje (sí: ya no es “enseñanza”, sino “aprendizaje”. Y el cambio de nombre tiene todo el sentido)

En su libro “Getting Smart: how digital Learning is Changing the World”, Tom Vander Ark nos entrega una visión de cómo ello ya está sucediendo y se va  acelerar a la velocidad de todo lo que tiene que ver con Internet. Solo una pinceladas, ya que la mejor forma de saber qué dice es leer el libro (170 páginas, bien redactadas, livianas de leer).

El sector de educación alternativa en Estados Unidos está trabajando en cómo educar al siguiente billón (mil millones) de alumnos – que incluye alumnos de países emergentes y subdesarrollados -  de forma que cada uno pueda ir a su ritmo, con la metodología de educación que se le ajuste mejor de entre una variedad de posibilidades, una malla flexible, una  mejor calidad de formación y un costo significativamente menor. Y lo están logrando. 3,5 millones de alumnos atendieron a clases desde su casa el año 2010 en el K12 (educación básica y media), lo cual equivale al 12% de la población escolar. El aprendizaje digital está creciendo a tasas del 40% anual, y se prevé que para el año 2020 el 100% tenga acceso al mismo – si quiere. La predicción es que en 7 años más la mitad de los Estados habrá adoptado este nuevo sistema, que no es 100% Online, sino una mezcla (BLearning) Los profesores asumen un rol de “red de mentores” a la cual tienen acceso los alumnos en una relación uno-a-uno.  

Por el lado de la formación superior, Universidades del prestigio de Harvard, M.I.T. y Stanford están apuntando en la misma dirección: cómo llegar a millones de estudiantes en todo el mundo. Stanford está trabajando en generar un Master of Science por US$ 2,000 anuales, lo cual pondrá una presión enorme en el modelo actual de formación superior. Entre un MSc. de Stanford a US$2,000 anuales y un título en una buena Universidad chilena a US$ 8,000 por año, no hay donde perderse. También en este caso se trata de llegar a más alumnos con una mejor formación y costos mucho más bajos. Harvard y M.I.T., por su parte, lanzaron en abril de este año la plataforma eDX, que entregará gratis contenidos de alta calidad. El modelo de negocios está en la acreditación.

Tanto en uno como otro caso, cada alumno podrá generar un “curriculum digitae” donde vayan quedando las competencias demostradas que va adquiriendo, sobre una malla curricular personalizada, que quedará a disposición del mercado del trabajo para potenciales empleadores. De esta forma, cada alumno puede focalizar su formación hacia aquellas materias en las que tenga más talento y sienta mayor afinidad, y se comienza a cumplir el paradigma sobre el que he venido insistiendo desde hace años: que cada persona trabaje en lo que más talento tiene y donde más le gusta, para aumentar significativamente la productividad personal y de la economía mundial, generando mejores ingresos y derrotando a la pobreza.

Desde que salió la Web, se había venido pronosticando que traería un cambio radical en la educación, pero hasta ahora no había sucedido. Eso va a cambiar rápida, acelerada y profundamente. Aquéllos países que no adopten el nuevo paradigma con la misma rapidez y profundidad se quedarán atrás en la Sociedad del Conocimiento, porque seguirán generando mano de obra estándar a costos absurdamente altos. La “zona de comodidad” del negocio de la educación se terminó. Da igual si es pública o privada, con o sin fines de lucro. Los supuestos económicos sobre los cuales se funda el actual sistema educacional no son sustentables en el tiempo, debido a que el retorno sobre la inversión en educación cayó a niveles de ineficiencia casi escandalosos.Lo que me parece increíble - porque he hablado con ellos - es que las Universidades actuales están convencidos de que el actual costo de la educación superior es inmodificable. 

Lo siento especialmente por la generación actual, que le tocó pagar este costo. Algún tipo de ayuda deberían recibir – todos – ya que la reducción de costos beneficiará a las nuevas generaciones pero dejarán hipotecadas a las actuales.

Alfredo Barriga


[1] Mc Kinsey Global Institute: Help Wanted: the future of job in advanced economies, March 2012

viernes, 17 de agosto de 2012

La Economía Digital es sobre VERDADERA igualdad de oportunidades


Como estudiante de Economía me enseñaron todo acerca de las bondades del Mercado: como, en un entorno de libre mercado, se consigue una asignación eficiente de recursos que se traduce en una mejor oferta de bienes y servicios a la sociedad. También aprendí sobre las hipótesis básicas que hacen que eI libre mercado funcione. Le creo a las teorías. Pero no le creo a la realidad… como es ahora. La razón principal es que una de las hipótesis centrales no funciona. Pero la buena noticia es que la economía digital corrige esa falla.

Para que el mercado funcione correctamente, la hipótesis es que todos los participantes, tanto productores como consumidores, deben tener acceso a la misma información. Cuando hay asimetrías de información, hay abusos. Es con las asimetrías de información que los “juegos de poder” se potencian, quebrándose el principio de balance de poder. Sucede en las economías locales. Sucede en países no democráticos. Pero no sucede en la Web. No sucede en la economía digital.

Llámenme ingenuo si quieren, pero es algo que experimento y veo cada día y de forma creciente. Lo que se creó alrededor de la Web es un espacio virtual donde todos son iguales. No importa cuánto dinero se tenga. Los últimos éxitos empresariales que están en boca de todos no se construyeron alrededor de dinero, sino de buenas ideas, rapidez de acción y talento. No importa cómo se accede a Internet: puede ser desde un celular inteligente o desde un computador antiguo, puede ser mediante conexión ultra rápida de fibra óptica o con banda ancha básica. Pero una vez dentro, todos tienen acceso a la misma información, los mismos recursos y los mismos productos y servicios. Todos son iguales. La información es simétrica y nadie – nadie – tiene una posición dominante garantizada. Quien manda hoy puede perder mañana, en cuestión de días. El principal recurso económico, el conocimiento, es ilimitado y accesible a todos en igualdad de condiciones. El punto es cómo usarlo. Es como si, en la economía capitalista nos dijeran “¿Dinero? Ahí está, todo el que quiera. ¿Qué va a hacer con él?”. Reconocer al conocimiento como recurso es lo que hace de la economía digital una economía verdaderamente de libre mercado, pero que funciona como tal, porque cumple con las hipótesis sobre las que se basa.

La Internet ha transformado los negocios y las Sociedades, y seguirá haciéndolo a velocidad creciente. La economía digital está fundada en un principio que hasta ahora se ha cumplido año tras año: la “Ley de Moore”, por la cual cada 18 meses se duplica la capacidad de procesamiento sin subir el costo (de hecho, bajándolo). ¿Sabía que la capacidad de procesamiento de su Smartphone es superior a la que tenía Huston cuando el hombre aterrizó en la Luna? Una economía basada en ese paradigma no puede más que ser exponencialmente dinámica, y los datos avalan esta hipótesis. Desde que se creó, la economía digital ha estado creciendo año tras año en dos dígitos, generando 2,6 puestos de trabajo por cada uno que destruye, con puestos nuevos de mejor calidad. ¿Quiénes se benefician más? Las PYME y los profesionales independientes[1].

El cambio principal en la economía del conocimiento es la autonomía individual, permitiendo que las personas como consumidores se conviertan en personas como productores de conocimiento, de innovación, de energía... de alimentos. El concepto de una gran empresa donde las personas son trabajadores por cuenta ajena es obsoleto en la economía del conocimiento.

Los servicios profesionales centrados en consultoría están aumentando a tasas muy altas (lo sé: he estado allí durante los últimos 16 años!) Herramientas de fabricación capacitarán a las personas para hacer cosas desde su casa con tecnologías como la impresión 3D. Permitirán la fabricación de prendas de vestir a medida y personalizadas. A pequeña escala, la agricultura hidropónica residencial ya está siendo comercializada. En la economía del conocimiento (o digital), el 50% o más del valor del PIB será creado por individuos autónomos que son empresarios individuales y productores. Con herramientas informáticas conectadas a la nube, la gente puede hacer transacciones bancarias en tal magnitud, que los bancos no son necesarios. 

El siglo 21 es la era de Autonomía. Las ciudades se convertirán en estructuras distribuidas. La definición técnica de este tipo de organización es una arquitectura holónica y la gente son “holones” - agentes  independientes, pero interconectados y en cooperación. Los sistemas holónicos son sistemas distribuidos y son más rápidos, más confiables y económicamente más eficientes y baratos de operar que los sistemas centralizados. Internet es de por sí un sistema holónico, “el” sistema holónico actualmente en operación. Los computadores personales y los celulares son partes de un sistema holónico. Una democracia pura tiene voto holónico. Los sistemas naturalmente evolucionarán para convertirse en holónicos[2].

A medida que este "sistema" holónico se desarrolle, más y más personas se incorporarán a su independencia económica, trabajando en red. A medida que este sistema holónico se desarrolle,  el poder pasará desde grandes entidades (empresas, el Estado) a entidades distribuidas (la web, las personas conectadas en red, crowdsourcers). Como he escrito en repetidas ocasiones, esta web tiene una "voluntad propia", como la del anillo del Señor de los Anillos. Tiene su propia agenda. Corre con sus propios planes. Ha creado un valor gigante en muy pocos años, y un proceso de gran innovación en el que estamos viviendo, pero del que vemos solo los primeros pasos (la "Belle Epoque", que fue otra época de gran innovación, duró 70 años). Incluso puede pedir prestado el concepto de la psicohistoria de Asimov (aunque eso sería demasiado dramático, pero me entienden el punto).

Así pues, esta ola de innovación digital está trayendo consigo un nuevo paradigma de Sociedad. Puede que no sea evidente para muchos o la mayoría de las personas que trabajan y viven en la actualidad. No estaba claro para la gente que vivió en el siglo 19 cuando frente a ellos sistemas políticos de monarquías absolutas cayeron y fueron reemplazados por las democracias, y el mercantilismo fue superado por el capitalismo. Todavía no somos conscientes de que lo que está pasando ahora no ha sucedido hace miles de años: de hecho, desde que se inventó la escritura. Somos una raza social, por lo que  los paradigmas de la comunicación son hitos para permitir la transición en los avances en la humanidad. Tomó 7.000 años para que la escritura fuese masificable, con la invención de la imprenta. Tuvieron que pasar otros 500 años antes de que se pudiera decir que la nueva tecnología estaba disponible para un 30% de la población mundial, y pudiera ser considerada como un valor universal. Sin embargo, han bastado 20 años para que a la Web pueda acceder un 30% de la población mundial, y que haya sido declarada como "derecho humano fundamental" por las Naciones Unidas.

¿Por qué todo eso? Porque en la economía digital está la verdadera igualdad de oportunidades, especialmente para aquellos que son menos favorecidos. Poner por ello el foco del desarrollo en el talento humano es poner el foco en la verdadera igualdad de oportunidades.

Alfredo Barriga


[1] Internet Matters: the Net’s sweeping impact on growth, jobs and prosperity, Mc Kinsey Global Institute, May 2011
[2] Borrowed from my friend William Millner. Thanks, Bill!

La Economía Digital no es acerca de computadores


La Economía Digital no se trata de computadoras o Internet, aunque su mismo nombre así lo sugiera. Se trata de la asignación de talento, siendo el talento un activo intangible existente  en todo el mundo, el mayor recurso económico que tiene la humanidad, y el que más desperdicia.

¿Pueden imaginar cómo se vería la economía mundial si todas las personas de la Tierra trabajaran en lo que más talento tienen y más les gusta? He hecho esta pregunta a gente de todo tipo, a economistas, estudiantes, incluso un Presidente. Jamás he recibido una respuesta distinta del tipo “claramente, sería muchísimo mejor de lo que es ahora o podría serlo con los modelos actuales”. El hecho es, entonces, que por el solo hecho de no descubrir, desarrollar y distribuir los talentos existentes en el mundo, estamos generando un desperdicio económico, el mayor desperdicio de recursos jamás existente en la historia, porque ¿cuántos de los 7 mil millones de habitantes que tiene la Tierra trabajan en lo que más talento tiene y más les gusta?

Los modelos económicos que hemos sido capaces de desarrollar hasta hoy son más o menos eficientes cuando se trata de asignar activos tangibles como tierra, capital y trabajo, pero han fallado una y otra vez cuando se trata de asignar los activos intangibles como el talento o la creatividad. El resultado es una inmensa frustración de innumerables personas que nacen con talentos y nunca tienen la oportunidad ni de desarrollarlos ni de aplicarlos de acuerdo con sus afinidades. La confluencia de talentos y afinidades es lo que llama Ken Robinson “el elemento”. Así pues, se podría hacer la pregunta de otra forma: ¿Cuál sería el PIB del mundo su cada ser humano estuviera en su elemento?

Mucha gente con la que he conversado sobre esta materia la considera una utopía. Suena muy bien pero, ¿cómo se hace para que se produzca? ¿Cómo diseñar un sistema social donde cada niña y cada niño, desde pre kínder, es guiado para descubrir sus talentos y afinidades y dirigirlos hacia su elemento? Es ahí donde la economía digital juega su rol.

Desarrollando una educación personalizada basada en plataformas digitales se puede llevar a cabo esa misión, a la vez que se reducen costos. Para el año 2017 ya habrá herramientas de e-learning que podrán generar sistemas de aprendizaje personalizado[1]. No va a tener sentido hablar de “primero básico” o “segundo medio”: el alumno lo hará según su ritmo de aprendizaje.  Los alumnos aprenden, no “les enseñan”. Los profesores son mentores, no conferencistas. Cada alumno podrá seguir adelante con una malla curricular hecha de acuerdo a sus talentos y afinidades – no olvidando las bases, como castellano y matemáticas – detectadas en conjunto por profesor/mentor y padres y apoderados. El alumno será calificado por competencias demostradas, según las vaya adquiriendo.

Esto no supone que el alumno jamás pondrá sus pies en un aula. Supone que el aula está destinada a aplicar lo aprendido, con todos los alumnos presentes con talentos y afinidades con el ramo. Ello ayuda a su vez a que la clase sea más entretenida, porque todos comparten afinidades con el profesor/mentor y a éste le hace más fácil la labor de desarrollar esos talentos particulares de cada estudiante en esa asignatura. ¿Y qué pasa con los ramos que no dan y ahora se dan? No los necesitan. Y si los necesitasen en el futuro, ahí tienen diversas alternativas para aprenderlos, muchas de ellas totalmente gratis y online.
Introduciendo la acreditación de competencias en Internet, con mucha antelación las organizaciones de todo el mundo podrán detectar talentos que encajen con su misión, haciendo del trabajo un servicio fungible (atraviesa fronteras). Las oportunidades de trabajo serán globales, y los postulantes, de todo el mundo. De hecho el trabajo en sí será re definido: en vez de empleo por tiempo, será empleo por tareas. Un número creciente de personas no necesitará estar empleadas 100% con un empleador, ni en función de un contrato fijo. Trabajar por horas deja de tener sentido – es otra de tantas herencias de la Sociedad Industrial. Las tareas llevadas a cabo pueden ser evaluadas una por una, de la misma manera que los libros de Amazon son evaluados, o los vendedores en e-Bay son evaluados. Eso ya se hace en los portales de empleo freelance. Permite generar un “curriculum digital” personalizado, que supera la actual metodología de selección de personal.

Una economía basada en el talento significaría más oportunidades para todos, mejores trabajos y mejores ingresos. Supondría un mayor Producto Interno Bruto para todas las naciones. Supondría una mayor justicia social y un menor nivel de conflicto social.
Hacer del talento el principal recurso de la economía mejora también la naturaleza de la relación entre empleador y empleado, puesto que la generación de valor está en el empleado, empoderándolo. El talento produce más en un ambiente de trabajo motivador, lo cual hará que los empleadores busquen dicho ambiente. Google dejará de ser “la empresa aparte” en ese sentido: todos tendrán que trabajar de esa manera.

Hacer del talento el principal recurso de la humanidad mejorará también las relaciones entre las naciones. Los juegos de poder y los conflictos  en la historia han sido provocados por mala información entre las naciones y la codicia por los recursos tangibles. Puesto que los recursos pasan a ser intangibles y están en todas partes, y son propiedad de las personas que los llevan dentro (talento), la humanidad sacará rápidamente las cuentas que trabajar en armonía  lleva a un equilibrio donde todos ganan más que si trabajan por codicia personal (win/win)

Ese es el potencial que trae inherente la economía digital, ya que todo lo dicho solo puede funcionar a través de plataformas digitales. La economía digital es para la Sociedad del Conocimiento lo que la fábrica fue para la Sociedad Industrial. El talento es por naturaleza intangible, y el lugar donde lo intangible se manifiesta es hoy en día las plataformas digitales.

Un mundo donde todas las personas trabajen en aquello para lo que tienen más talento y más les guste ya no es una utopía imposible. Puede ser difícil llegar allí, pero vale la pena el esfuerzo, por todos los medios. El “botín” de esta lucha será un mayor bienestar económico y social para todos, algo que la raza humana se merece. Se nos ha regalado suficientes talentos como raza como para hacer de este mundo uno donde todos puedan vivir dignamente. Es nuestra ceguera en poner el acento en los recursos tangibles lo que ha impedido que hagamos de este un mundo mejor y en armonía. Y la economía digital viene para quedarse, cambiando por primera vez ese paradigma que nos ha acompañado desde que la humanidad inventó el fuego.

Alfredo Barriga


[1] Cif. “Getting smart: How Digital Learning is Changing the World”, de Tom Vander Ark, 2012

martes, 14 de agosto de 2012

Digital Economy is about REAL equal opportunities


As an Economy student I was taught all about the wonders of the market: how, let free, it accomplishes an allocation of resources and gives in the end better products, services and wealth to Society. I also learned about the core hypothesis underlying the theory of free market. And I believe in them. What I don´t believe in is in the market… as it is at present. The main reason being, that one of the main hypotheses doesn’t work en reality. And the good news is that digital economy corrects that flaw.

For the market to work correctly, the hypothesis is that all contenders, producers and consumers must have equal access to equal information. When there are asymmetries of information, abuses happen, by either side. With asymmetries of information, power games can dwell, with small countervailing powers available. It happens in local economies. It happens in non democratic countries. It doesn´t happen in the Web.  It doesn´t happen in the digital economy.

Call me naïve if you wish, but this is something I see everyday happening once and again, increasingly. What was created with the Web is a virtual space where all are equal. It doesn´t matter how much money you've got: the late business success stories have not been about putting more money, but about acting fast and smart. It doesn´t matter how you access the Web: it can be from a smartphone or an old computer; it can be with extra-speed or lower-end broad band. Once you are inside, you have access to the same amount of information, business tools, apps, products and services, learning experiences and living experiences. All are equal. Information is symmetrical. Knowledge – in the form of information and tools – is the new, unlimited resource, available for all, on equal basis. Mostly, for free. 

The Web has transformed business and societies, and it will continue to do so, at increasing speed. In the Web, free markets are really free, since information is hugely available to all. The Digital economy has been growing at two digits, and is by far and long the most dynamic economy in the world. It is destroying traditional jobs, but for each one destroyed, it creates 2.6 new ones, with better quality and better income. The most that benefit from it are the Small and Medium Companies and the independent professionals[1].  

The main shift in the knowledge economy is towards individual autonomy, by enabling consumers to become producers of knowledge, innovation, energy ... and food. The concept of a large corporation where people are workers for owners is obsolete in the knowledge economy. Already professional services centered on consulting are increasing (I’ve been there for the past 16 years!). Manufacturing tools will empower individuals to make things at home with technologies such as 3D printing. These manufacturing tools will enable customized, personalized clothing to be made from raw materials. Small scale, residential hydroponic agriculture is already being commercialized. In the knowledge (or digital) economy, 50% or more of the value in the GDP will be created by autonomous individuals who are sole proprietors and producers. With IT tools connected to the cloud, people can do banking so big, Banks are not needed. The 21st Century is the Age of Autonomy. Cities will become distributed. The technical definition of this type of organization is a holonic architecture and the people are holons - independent, yet networked cooperative agents. Holonic systems are distributed systems and are faster, more reliable and economically more efficient and cheaper to operate that centralized systems. The Internet is a holonic system. The PC and cell phones are parts of holonic systems. A pure democracy has holonic voting. Systems naturally evolve to become holonic[2].

As this “holonic system” unravels, more and more people will incorporate to self independence, working networked. As this holinic system unravels, power will shift from big entities (Corporations, the State) to distributed entities (the Web, networked people, crowdsourcers).  As I have written repeatedly, this Web has “a will of its own”, as the ring of the Lord. It has its own Agenda. It runs by its own plans. It has created a huge value in very few years, and a huge innovation process of which we are seeing but the first steps (the “Belle Epoque”, that other great era of innovation, lasted 70 years) It may even borrow Asimov´s concept of psycho-history (though that is too dramatic, but you get the point).

So what the tide of digital innovation is bringing is a new paradigm of Society. It might not be clear to many or most of people working and living today, as they worked and lived in the past 30-50 years. It was not clear for the people living in the early 19th Century, while in front of them political systems fell and were replaced by democracies, and Mercantilism was overcome by Capitalism. We still are not aware that what is going on now has not happened since writing was invented. We are a social race, and communicating paradigms are the milestones to leapfrog advances in humanity. It took 7,000 years for writing to be masificable, with the invention of printing. It took another 500 years before you could say the new technology was available for 30% of the World’s population, and could be deemed a universal value. It has taken only 20 years to the Web be accessed by 30% of the World’s Population, and it has already been named a “basic human right” by the United Nations.

Why all that? Because digital economy is about equal opportunities, especially for those who are less favored. Putting the focus in the development of human talent puts the focus on real equal opportunities.

Alfredo Barriga




[1] Internet Matters: the Net’s sweeping impact on growth, jobs and prosperity, Mc Kinsey Global Institute, May 2011
[2] This parragraph is borrowed from my friend William Miller - except for the "16 years in consultancy" part. Thanks, Bill!

domingo, 12 de agosto de 2012

Digital Economy - it is not about computers


Digital Economy is not about computers or the Internet, although it’s very name points that way. It is about talent allocation, talent being an intangible asset spread throughout the world and the biggest economic resource that humankind has.

Can you imagine how the economy would look like if every person on Earth were allowed to work where most talented and where she or he liked best to work?  I’ve made this question to economists, Presidents, students, people in general. Never have I received a different answer than “Clearly, it would be a lot better than it is now or would ever be with the actual paradigms”.  The fact is then, that by not discovering, unraveling, developing and allocating all the talent we have at present in the world is an economic waste, the biggest waste ever.

The economic models we have developed so far have more or less been able to allocate efficiently the tangible assets and resources (land, work, capital), but they have failed once and again in allocating the intangible ones (talent, creativity, imagination).  The result is a widespread frustration of innumerable people who were born with talents and never had the opportunity to develop them and apply them where they most like doing. The confluence of both is what Ken Robinson calls “the element”. So, which would the GDP of the World be if every human being was working in his or her “element”?

Many people I have talked with about this matter see it as another Utopia. How can you possibly do that? How can you even measure talent, let alone creativity or imagination? How can you design a social system where every child, from pre kinder on, is guided to discover his or her affinities and talents, so that he or she can get to be in the element? Well, there is where digital economy plays a role.

By introducing a comprehensive digital education it is possible to customize education while cutting education costs. Students learn instead of “being taught”. Teachers are mentors, not lecturers. A flexible curriculum where each student studies mainly those subjects where he or she is most talented and likes best may customize the education. It does not mean that the student will never put his or her feet on a classroom again. It means classrooms are meant to apply what has been learned online, with all students present having talent and affinity for the subject. It will help the teacher/mentor to make a bigger contribution to the discovery and development of each student, in a subject that he or she also likes and is talented for.

By introducing online accreditation of skills and affinities, job offer can find anywhere in the world the necessary talent and affinities that best match for any particular task. Work must be redefined: instead of jobs, it will deal with tasks. People don’t need necessarily to be employed 100% of their time in one job. They may attend many employers worldwide. Tasks being performed can be evaluated, and each one can develop a “digital curricula”. Just as the market evaluates contents in the Internet.  Or sellers in e-Bay. Or tasks in Online job portals. It already exists, and it is working fine.

A talent-based economy would mean more opportunities to all, better jobs and better income. It would mean to the World a bigger GDP, a greater sense of justice and fair trade, a drastic reduction on social unrest.

Making talent the main resource of the economy would also mean better relationship between boss and employer, since talent is in people, and it produces more when well motivated. It would be in the best interest of the employer that the employee felt a fair deal with the talent that was put in his behalf. Making talent be the main resource would also mean better relation between nations, since talent is better served when working networked in a multicultural environment.

That is the potential of the digital economy, since all the above can be done only with digital platforms. Digital economy is as much for Knowledge Society as the factory was for the Industrial Society. Talent in its core is intangible, and the place where intangible value runs today is in digital platforms.

A World where all people works where most talented is not impossible any longer. It may be hard to get there, but by all means it is worth trying. Bigger wealth, happier society, social peace is the booty, one that all humankind deserves. We have been gifted with enough talent as to make this world a place where all can dwell and make a decent living. It is no utopia. It is possible.

Alfredo Barriga