lunes, 2 de julio de 2012

Cuando Apple vale US$600 mil millones... algo pasa

Cuando Steve Jobs falleció, no hace ni un año atrás, el valor de mercado de Apple era de 380 mil millones de dólares. Mucho se especuló sobre si sería capaz de sobrevivir a su fundador y alma mater, y si no era una exageración ese valor de mercado. Esas líneas argumentales muestran una y otra vez cómo estamos atrapados en la lógica económica basada en los paradigmas de la economía que se gestaron con la revolución industrial, y que una y otra vez son descartados por los hechos. La economía del conocimiento no se basa en lo que dice el Balance de una empresa, sino en el capital intelectual de la misma, el cual no está recogido en ninguna parte, pero es valorado por el mercado igualmente.

Apple ya llegó a los 600 mil millones de dólares de valor de mercado. El equivalente al valor de mercado de toda la Bolsa española, portuguesa y griega… juntas. De acuerdo que son tres economías en problemas, pero hablamos de una sola empresa. ¿Es solo una excepción que confirma la regla? 


Nuevamente, los hechos desmienten lo que tantos se afanan en descartar. Pareciera que existe un verdadero temor por parte de los economistas, empresarios, académicos y políticos a ver los hechos cara a cara, porque cambian paradigmas largamente defendidos, al punto que se han transformado casi en dogmas de fe. Porfiadamente insisten en ver una realidad con los cristales de siempre, siendo que se está transformando a una velocidad vertiginosa frente a sus ojos. Pero o bien no quieren, o bien temen reconocerlo.

En un artículo publicado en FORBES, se muestra cómo la creación de valor de mercado ya no está en los activos tangibles, sino en los intangibles. Los emprendedores de la Sociedad del Conocimiento están generando valor de mercado más rápido, más alto y más consistente del que generan los hijos de la revolución industrial.

Mark Zuckenberg, con Facebook, ha generado como CEO más valor de mercado en 5 años de lo que han hecho el CEO de General Motors o General Electric... juntos. En el retail, la gran empresa que revolucionó este sector a comienzos del Siglo 20, Sears & Roebuck, cada día vale menos en el mercado, a pesar de todas las reingenierías de negocios que ha llevado a cabo. Sorprendentemente, otro tanto le pasa a Wall Mart, la empresa que más vende al año en el mundo. A pesar que suma establecimiento tras establecimiento a su cadena, ese crecimiento en los metros cuadrados de superficie de venta – y en dólares vendidos - no se traspasa en su valor de mercado. En cambio, en los últimos 4 años, Amazon.com, sin añadir ni un metro cuadrado a su superficie de ventas, ha cuadruplicado su valor de mercado. No son conjeturas, son hechos: 



Lamentablemente, en Chile estos hechos son letra muerta, predicación que cae en la nada. ¿Por qué prestarles atención, cuando el modelo económico que se puso en marcha hace más de 30 años sigue dando cada día más beneficios que el año anterior?  Las protestas de quienes no están de acuerdo en cómo el sistema económico distribuye la riqueza creada se sigue analizando bajo los mismos anticuados paradigmas: tanto por quienes protestan como por quienes defienden el status quo. Unos y otros están profundamente equivocados, mirando e interpretando solo una parte de la realidad que se despliega ante sus ojos, debido a que sus ojos están fijos en Chile, y solo en Chile. No se dan cuenta de lo que está aconteciendo en el resto del mundo porque no les afecta.

Chile, al igual que varios de los países que llegaron tarde a la revolución industrial, y tienen cierto “complejo” por ser potencias industriales, está ganando pírricamente su  batalla para pasar al desarrollo. Cuando lo haya conseguido, por el camino que va, se encontrará con un mundo distinto al que cree que existe, con reglas del juego cambiadas, y donde su gran apuesta por basar su desarrollo en los recursos naturales va a ser superada por aquéllas naciones que apostaron por basar su desarrollo en los recursos intelectuales de la nación. Al final, habiendo creído llegar a la meta, nos encontraremos más lejos de ella.


Apuesto por una fecha para que todo esto suceda: el año 2020. Por ese entonces, si no cambian las cosas radicalmente, veremos con frustración como otros países nos han adelantado en América Latina en términos de PIB per cápita, generando valor mediante la exportación de intangibles. A nosotros, nos seguirá quedando el cobre, ese metal que nos cayó de llapa después de ganar territorios en una guerra para controlar el salitre, mineral que al poco tiempo dejó de tener la importancia que tenía. Y es que parece que los pueblos que no aprenden de su historia no tienen otra oportunidad en la tierra. 



Alfredo Barriga