Mi lugar de residencia físico es en Santiago de Chile, pero
cada vez paso más tiempo en Virtualia.
Virtualia es el país más grande del mundo, con dos mil
millones de habitantes de todas partes del mundo. Tiene la economía más pujante
del planeta, creciendo por sobre el 15% anual desde que se fundó. Es el lugar
donde más se están creando empleos, con 2,6 empleos nuevos por cada uno que se
destruye. El año 2010 movió más de 8
trillones de dólares en comercio, y a pesar de que es de reciente creación, su
PIB ya supera al de Canadá. Ha permitido la creación de las empresas más
valiosas de la historia.
En Virtualia todos somos iguales. No importa si entraste a
través de una conexión de fibra óptica a 100 Mbps o en un cibercafé de una
población a 512Kbps; no importa si usaste lo último de Apple o un PC antiguo. Una
vez dentro, todos cuentan por igual, sin discriminación de raza, edad, estrato
socioeconómico, género, creencias religiosas o país de origen. Lo de “igualdad
de oportunidades” no es un slogan ni un ideal: es real. Todos tienen acceso a
la misma información y a las mismas herramientas: para buscar información, para
informarse, para entretenerse, para buscar trabajo, para trabajar, para educar,
para aprender, para comunicar, para contactar, para emprender, para innovar,
para opinar, para mover, para impulsar, para cambiar…
En Virtualia hay verdadera libertad. Libertad de expresión,
libertad de asociación, libertad de reunión, libertad de pensamiento. Y se
puede ejercer efectivamente. Puedes opinar de lo que quieras, con quien quieras
y cuando quieras. Puedes participar en miles de foros sobre cualquier tema y debatir
tus ideas. Pero esta libertad es con responsabilidad, puesto que todo lo que
digas o escribas ¡queda grabado! Cada uno es responsable de sus dichos y
posiciones. Y si cambias de opinión, está perfecto. Y si a alguien le parece
mal, habrá otros que les parezca bien. En Virtualia no tienes que temer. Hay
algunos países en los que lamentablemente este derecho está perseguido, pero la
inmensa mayoría que llega a Virtualia puede ser verdaderamente libre.
En Virtualia trabajamos en conjunto. A través de redes
cooperamos para llevar a cabo algo en común. Nos unimos detrás de proyectos comunes.
Podemos encontrarnos rápidamente, organizarnos y comenzar a actuar. La mayoría
de las veces, lo hacemos sin esperar dinero a cambio, ni buscar fama ni ninguna
otra recompensa. Apoyamos las causas que nos parecen justas, disentimos de las
que no estamos de acuerdo. Nos enfrentamos, pero nadie sale herido. No hay
sangre. Tenemos más o menos un consenso sobre lo que es correcto y lo que es
incorrecto. Tenemos nuestra agenda: no la ponen ni los gobernantes, ni la
política, no los medios de comunicación, ni las grandes corporaciones. En Virtualia todos pueden comunicarse con
todos, por múltiples medios. Llegando al contacto del contacto del contacto del
contacto del contacto, podernos llegar a cualquiera de los 2 mil millones. En cinco
pasos.
En Virtualia no hay un “gobierno central”. Realmente, es el
gobierno de la gente con la gente y para la gente. El crecimiento económico, el
enorme dinamismo social, la gran innovación generada, no es gracias a ninguna
política de un gobierno concreto. La hemos construido entre todos. Los gobiernos
nos han ayudado quedándose al margen. En Virtualia nadie manda. Nadie puede
decir que lo controla, y no hay manera que lo haga. Los poderosos en Virtualia
pueden perder su poder en cuestión de un par de días, y lo han aprendido rápido,
porque el poder no viene de ellos sino de la gente que confía en ellos. Para tener,
tienen que dar. Para recibir, tienen que compartir. Si no, se quedan sin
público.
Por lo tanto, en Virtualia lo de “libertad, igualdad y
fraternidad” tampoco es un slogan, sino una realidad. Estamos haciendo una
revolución genuina, sin pasarnos a llevar a nadie, sin buscar derramamiento de
sangre. La primera revolución incruenta de la historia de la humanidad. En
Virtualia lo de los “derechos inalienables evidentes, entre los que se
encuentran la libertad, la vida y la búsqueda de la felicidad” no son retórica
vacía, sino realidad. Sabemos que no cae del cielo, y que hay que ganarlo, pero
sabemos también que es posible para todos, no solo para una élite.
En Virtualia estamos revolucionando la educación. Estamos yendo
hacia una sociedad y una economía basada en activos intangibles e inherentes al
ser humano: los talentos. Nuestra meta es que todos los habitantes de Virtualia
puedan desarrollar todos los talentos con que nacen, porque sabemos que de
hacerlo, todos ganamos. Así pues, estamos trabajando en nuevos modelos
educativos que permitirán una educación de calidad, universal, personalizada y
a una fracción del costo actual. Somos conscientes que la educación es la gran
herramienta que permitirá el bienestar a todos los habitantes de Virtualia. No
nos bastan los 2 mil millones: queremos que todos los habitantes de la Tierra
vivan acá.
En Virtualia las cosas son más sencillas. No hay filas: ¡siempre te atienden inmediatamente! No necesitas sacar "número de atención", ni levantarte más temprano para ser recibido, ni perder tiempo en transportes para hacer cualquier cosa. Los trámites son rápidos. Los certificados te los dan inmediatamente. No necesitas ir al Banco, ni a la AFP, ni a la ISAPRE a comprar bonos de salud. No hay que llenar formularios con el impuesto a la renta, viene hecho, y si te sale a devolver, estás entre los primeros de la lista.
En Virtualia las cosas son más sencillas. No hay filas: ¡siempre te atienden inmediatamente! No necesitas sacar "número de atención", ni levantarte más temprano para ser recibido, ni perder tiempo en transportes para hacer cualquier cosa. Los trámites son rápidos. Los certificados te los dan inmediatamente. No necesitas ir al Banco, ni a la AFP, ni a la ISAPRE a comprar bonos de salud. No hay que llenar formularios con el impuesto a la renta, viene hecho, y si te sale a devolver, estás entre los primeros de la lista.
En Virtualia también hay mal, no todo es color de rosa. Pero
sabemos que, hasta el fin de los tiempos, el trigo y la cizaña crecerán juntos,
lado a lado. La ventaja es que, como estamos más o menos de acuerdo en qué es
bueno y qué es malo, estamos de acuerdo en qué mal combatir, y como somos miles
de millones más quienes no queremos lo que consideramos malo, nos apoyamos
mutuamente para combatirlo, siendo mucho más eficientes cada día que pasa.
Hay miles de millones de personas que aún no pueden
incorporarse a esta tierra de oportunidades. Hay millones de personas que
manejan países, negocios y organizaciones, que aún no se dan cuenta lo que está
pasando frente a sus ojos, e insisten en seguir haciendo lo que han hecho
siempre pensando que es la única forma de seguir adelante. Antes de que pasen 20
años, se encontrarán con que la mayor parte del mundo ya no vive como ellos
piensan que vive. Verán que se mudaron a Virtualia. Porque Virtualia está en el
alma de todas las personas, desde que son creadas.
Alfredo Barriga
PD: para quienes aún
no entienden a qué me refiero, “Virtualia” es un lugar virtual un espacio
intangible donde 2 mil millones de vidas humanas pasan buena parte de sus días.