viernes, 23 de marzo de 2012

Un nuevo sistema económico y su impacto en Chile

Desde que leí por primera vez el libro de Peter Drucker “La Sociedad Post Capitalista” he estado conectado con la idea de la Sociedad del Conocimiento, una en la que el conocimiento no es solo “un” recurso, sino “el” recurso, que hace de la nuestra una sociedad post capitalista y crea una nueva dinámica social y una nueva política.

Sin embargo, he puesto estas ideas a prueba a través de redes sociales y foros de discusión, y creo que debo cambiar la frase.

Aún pienso que el actual sistema económico – ya no le pondré nombre, porque ha levantado mucha controversia y nos aleja del verdadero punto en discusión -  ha sido muy bueno en crear riqueza y asignar recursos tangibles, pero no ha sido eficiente en asignar recursos no tangibles, y dentro de ellos, especialmente, el talento. Y los recursos intangibles son más importantes que los recursos tangibles, en la medida que nos vamos incorporando más a la Sociedad del Conocimiento. Los modelos económicos no incorporan sin embargo el talento dentro sus variables, quizá porque es difícil de medir. Consecuentemente, los talentos son el recursos más sub utilizado del mundo, a pesar de ser el que más puede influir en la creación y distribución de riqueza.

La pregunta central sigue siendo la misma: ¿cuál sería el PIB de un país o del mundo, si todas las personas trabajaran en lo que más talento tienen y más les gusta? ¿Cuánto más feliz sería esa sociedad?  ¿Cuántos menos conflictos tendría? Por utópica que pueda parecer, es una pregunta totalmente válida. Que no podamos medir el talento hoy no significa que no podamos medirlo nunca.

Aquí es donde lo que he escrito hasta ahora estaba un poco confuso. Trataba de nombrar el tipo de sociedad alrededor de su principal recurso. De igual forma que la Sociedad industrial se basó en la industria (masificación de herramientas industriales, creación de estándares, medición del costo) y la Sociedad capitalista se basó en el rol central del capital y su asignación, tomé el término de Peter Drucker “Sociedad del Conocimiento” considerando que el conocimiento es el principal recurso. Pero he concluido que, aunque el conocimiento es un recurso, no es el recurso más importante en la Sociedad del Conocimiento. Ese honor le corresponde al talento. El conocimiento es mas bien el “stock de talento aplicado a todo tipo de cosas”, estructurado y explicitado para que otros lo usen y creen – con sus talentos – más conocimiento. Eso hace del conocimiento tanto una materia prima como un producto del sistema, y del talento, el recurso más importante para la creación de valor y prosperidad.

El talento, descubierto y desarrollado en las personas durante su ciclo de formación, y puesto a trabajar donde a las personas más les guste, es lo que va a llevar a la Sociedad del Conocimiento y a la economía mundial a un nuevo paradigma de crecimiento y creación de prosperidad inimaginable.  Los talentos existentes que no son debidamente desarrollados ni debidamente asignados en puestos de trabajo donde pueden producir más y mejor, son un inmenso recurso despilfarrado por la economía, haciéndola enormemente ineficiente – sin que aparezca como tal. ¿Por qué no lo parece? Porque todos los modelos económicos en uso, y todos los sistemas de medición de resultados de la economía (sea de empresas o países) se basan en la medición de recursos tangibles. El mayor desafío para los economistas y los administradores de empresa es en este momento cómo incorporar a sus modelos los recursos intangibles. Si se focalizan los esfuerzos en esta dirección para generar sistemas que permitan descubrir, desarrollar y asignar eficientemente los talentos existentes en la población, el resultado será un salto hacia un mundo mucho mejor, con más bienestar y mucho mejor distribuido.

No tengo la fórmula para medir cual sería el PIB del mundo o de un país si todos sus habitantes trabajaran en lo que tienen más talento y más les gusta. Pero ahora mismo no la necesitamos, porque el sentido común nos indica que el resultado, de conseguirse, sería “órdenes de magnitud” mejor que el actual, lo cual nos indica que ese es un camino que merece la pena recorrer.

Cuando el capitalismo fue expuesto por primera vez, nadie imaginó donde podría estar ni qué podría significar después de 200 años. Si tomáramos algunos de los economistas de aquéllos tiempos y los trajéramos al presente, no lo podrían creer. Ni en sus sueños más optimistas se hubieran imaginado la creación de valor, prosperidad y adelanto de la civilización que el sistema trajo consigo. Sin embargo, el sistema actual, si bien ha sido consistentemente bueno en crear riqueza, ha sido un fracaso en distribuirla, y ha sido incapaz de terminar con la extrema pobreza en el mundo, a pesar de las políticas redistributivas a través del Estado y de Organismos Internacionales. Los datos están ahí para probarlo. Llevamos decenios con la promesa de que por este camino se resolverán eventualmente los problemas, basados en las mejoras marginales que se van dando con una lentitud frustrante. La cruda realidad es que siguen habiendo cientos de millones de habitantes en el mundo en situación de hambre, lo cual no solo es aberrante desde el punto de vista moral, sino también desde el punto de vista económico: personas que nacieron con talentos, que podrían generar valor, y que no tienen esa posibilidad debido a que el modelo económico valora en cero sus talentos. 
La economía basada en recursos intangibles genera puestos de trabajo basados en el conocimiento y en el talento de las personas; permite mejores niveles de ingresos a los que trabajan en ella; está creciendo anualmente a dos dígitos (no tiene crisis económica, sino crisis de crecimiento: no puede atender toda la demanda); está creando más puestos de trabajo de que los que destruye. No está basada en los recursos naturales, pero los usa sustentablemente.  Si los puestos de trabajo se basan en los talentos, el foco pasa a ser el desarrollo de los mismos, generando una economía más humanizada. El verdadero capital no está en el dinero sino en el talento, y el talento está en las personas. Las empresas más valoradas en el mercado hoy en día son empresas basadas en el talento, lo cual corrobora esta teoría. 
La economía basada en el talento corre sobre plataformas digitales. Internet y las restantes Tecnologías de la Información han hecho posible que esto, que parece utópico, sea posible. De hecho, está sucediendo, como lo corroboran informes realizados por la OCDE, o la consultora Mc. Kinsey. Las tecnologías de la información son el gran facilitador, la gran herramienta de esta nueva era en la humanidad. Hemos pasado desde una economía basada en la tierra a una basada en el capital y ahora estamos entrando en una economía basada en las ideas, que fluyen y se convierten en valor a través de Internet usando Tecnologías de la Información. A estas alturas, negar este hecho es una ceguera irresponsable. 
Chile apostó hace más de 30 años a un modelo de economía basada en la apertura al mercado mundial - adelantándose a los tiempos - y en los recursos naturales en los que el país es competitivo a nivel mundial. Ese modelo ha funcionado para crear crecimiento económico, y ha sido apoyado por Gobiernos de uno y otro signo. Pero no ha corregido la distribución del ingreso, ni la corregirá jamás, por la simple razón de que una economía bajo esas premisas no crea trabajos de alto valor agregado. Además, los sectores económicos basados en recursos naturales están crecientemente empleando menos mano de obra por unidad producida, tendencia que se va a mantener. Los trabajos repetitivos se van a automatizar y van a ser realizados por máquinas. Los nuevos trabajos, mejor remunerados, tendrán que ver más con la solución de problemas complejos. 
Ni nuestra economía, ni menos nuestro sistema educativo, están preparados para un escenario de este tipo. El resultado va a ser un crecimiento en puestos de trabajo no cualificados y peor remunerados, un estancamiento en puestos de trabajo cualificados (llegará un momento en que los recursos naturales disponibles estén optimizados, y ya no habrá más creación de trabajo de alto valor asociado a la espina dorsal de nuestra economía), un Estado más presionado a ejercer una labor de redistribución de la renta y un aumento de impuestos en consecuencia. 
Chile debe apostar de una vez por la nueva economía basada en intangibles. Ya no será pionero mundial como sucedió en la década de los 70, pero al menos entregará un mejor bienestar a sus ciudadanos respecto de la alternativa de seguir estirando el actual sistema económico y social. Esto pasa por un verdadero "Plan Marshall" para la Sociedad del Conocimiento, que supone deshacerse del principal activo tangible que los chilenos tienen, y que de alguna forma nos ata a mantener y continuar con esta visión focalizada en los recursos naturales. Chile debe vender CODELCO y dedicar el 100% de ese importe a generar una nueva economía basada en el conocimiento, concentrando todos los esfuerzos en un solo gran proyecto a largo plazo: el cambio radical del sistema de educación nacional hacia los nuevos paradigmas, que están precisamente enfocados a la generación de talento. Una educación personalizada y de calidad, menos costosa y para todos. Los países que apuesten decididamente por este camino serán los ganadores en la Sociedad del Conocimiento. 
Soy consciente de lo difícil de que esta idea siquiera sea considerada, por lo atada que está la sociedad chilena al sistema que crearon entre todos a partir de los años 70, y en el cual hay un acuerdo mayoritario (una sociedad basada en los recursos naturales) y un desacuerdo mayoritario también (como se reparte la propiedad y los ingresos de esos recursos naturales) 

Alfredo Barriga


PD: Recomiendo vivamente la lectura de dos libros: "21st Century Skills" (Bernie Trilling & Charles Fadel) y "Gettting Smart - How digital learning is changing the world" (Tom Vander Ark, ex Director para Educación de la Fundación Bill & Melinda Gates, ex supervisor de Colegios Públicos, CEO de Open Education Solutions y Presidente de la International Association for K12 Online Learning)

miércoles, 21 de marzo de 2012

The Talent Society

Ever since I first read Peter Drucker’s The Post Capitalist Society I have been connected with the idea of knowledge society, one where knowledge is not just “a” resource, but “the” resource, which makes ours a Post Capitalist Society, creating a new social dynamics and a new politics.

Lately it has happened, though, that I have put to test my analysis around this simple but deep idea. And found I need to restructure my statement.
I still strongly believe that the actual economic system – I will no longer call it “capitalist” because I found out that it aroused too much controversy, which distracted readers from what is the essence of my proposal – has been great in creating wealth and allocating tangible resources, but that it has not been good in allocating intangible resources which are as much – if not more – valuable in terms of wealth creation than tangible resources. And amongst them all, standing in the very front line, talent. The system does not incorporate talent in its models. Perhaps mainly because we don´t know how to measure it: how can you put a figure to the value creation of the talent of any given person? First you must know which those talents are, then how can they be used and only then you might have a first approach to what potential value creation that person can contribute to during his or her life.

My key challenge remains the same: what would the GDP of the world look like and how happier would humanity be if all people could develop and put to work their inherent talents where they liked best? Utopian as it may seem as a goal, it still is valid as a new paradigm. And it is clear - self evident, we could say -  that the GDP would be much higher, the world would be much more prosperous and a much better place to live. All people are endowed with talents when they come to the world. Talent must be the biggest resource available, yet the worst resource used.
And there is where my past statement was confused. I tried to name the type of Society around the main or the key resource. As Industrial Society was based on industry (massification of production through industrial tools, adoption of standards to lower costs, etc.) and Capitalism was based on the key role of Capital and Capital allocation, so I took Peter Drucker’s – and many others – term “Knowledge Society”, putting knowledge as “the” resource, following Peter Drucker’s statement. But I have found out that knowledge, being “a” resource, is not “the” resource. The key resource in Knowledge Society is not knowledge, but talent. Knowledge is, to some extent, the “capital stock” of talent applied to problems of any sort, codified and made explicit for others to use it. That makes knowledge an input in the Knowledge Society, and as such, it is certainly an important part, but it is not the one thing that will mean a leapfrog jump to a radically better world. Creative destruction lies elsewhere.

Personal talent discovered, developed and applied where it has more affinity with what each person likes most doing, is what will drive the Knowledge Society and the World Economy into a new paradigm of unimagined growth and prosperity. Talents existing and not been properly developed, and/or allocated are still a huge resource the system is misusing, making the economy a huge underperformer. Focusing on how we can make this happen, utopian as it may seem, will mean moving in the right direction.
I still have no way to measure how bigger the GDP of the World would be if all people were to work where they are most talented and where they like best to put them to work. My content is that we do not need calculate that figure to realize it is “orders of magnitude” higher than what we have today, meaning there is a path we may undertake, worth taking.

When capitalism was first proposed, no one knew what it would look like after two hundred years. If we showed today the most enlightened economists from those years what it has accomplished, I think they would say that it is not possible. That it is way above their best estimates. So, why not take the chances in focusing on talent allocation? What is there to lose but time, and what is there to gain but prosperity and a better world?

 Alfredo Barriga

lunes, 5 de marzo de 2012

Modelos alternativos en la Educación

Como he explicado en otro blog, la educación pública es un invento de comienzos del SXIX y su precursor fue el movimiento conocido como “la iluminación”. La incipiente pero fuerte revolución industrial necesitaba urgentemente mano de obra que no existía. De ahí surgió la idea - completamente revolucionaria y disruptiva en su momento – de formar personas con dinero de los contribuyentes. Todo fue concebido para producir el tipo de persona instruida que la revolución industrial necesitaba.

Con el tiempo fue cambiando la “malla curricular”, según evolucionaba el mundo, pero la “metodología” se ha mantenido intacta. Fue tomada de los conventos de la edad media. En esa época, anterior a la invención de la imprenta, en el convento había solo un ejemplar de libro. Un monje, por turno, era encargado de leer (lectio, “lecture” en inglés), al resto, el contenido del libro. La novedad en el caso de la educación pública fue el escalamiento y la masificación de la metodología, aplicado a todas las asignaturas, y la introducción de los exámenes o pruebas estandarizadas – éstas, prestadas de las Universidades en sus orígenes, Siglos XII y XIII.

La educación, tanto básica como media y superior, ha sido enfocada desde entonces como un “proceso lineal”, igual que una fábrica de montaje propia de la sociedad industrial. La estandarización de las mediciones mide el nivel “promedio” –peligroso concepto - alcanzado por cada alumno en cuanto a asimilación de materias. La Universidad o el colegio capacitan primero y acreditan después, los conocimientos y habilidades aprendidas, contra un sistema promedio y objetivo de medición de esos conocimientos y habilidades. Los títulos – de enseñanza básica, media o superior – acreditan un conjunto de habilidades y conocimientos, bajo un nombre que representa una parcela del saber y dice que la persona que posee dicho título está capacitada. ¿Qué es ser “ingeniero”, “médico”, “arquitecto “, “abogado”? En muchos casos, la sola posesión del título no es suficiente: se ha de tener la acreditación adicional del Colegio de Profesionales propio para poder ejercer.

Hoy el conocimiento se ha especializado y subdividido, y lo seguirá haciendo en la medida en que haya mayor cantidad de contenidos y mayores usos para cada sub especialización. Lo cual también está sucediendo. La Sociedad del Conocimiento requiere cada vez más de “talento”. El talento es el recurso más importante que existe en el mundo, y el que más se subutiliza. En parte, debido a que no es medible, por lo cual no está ni en los modelos económicos ni en las políticas públicas que mueven el mundo. Pero el talento que se requiere no es ni “promedio” ni “estándar”: es personal. El talento, además, es más productivo cuando trabaja en un ambiente competitivo a la vez que colaborativo. Eso es lo que requiere la sociedad del conocimiento – y que no está recibiendo.  

La economía y la competitividad de las naciones irán mejor en aquéllos lugares donde se use mejor los talentos inherentes de la población que existe. Y esto, requiere sistemas alternativos de educación. Personalizados, pero escalables. Enfocados al desarrollo del talento inherente de cada persona. Adoptados a la persona, no al revés. Y capacitado para trabajar interconectado, en red. El objetivo de los sistemas de educación por lo tanto debe ser el desarrollo de los talentos de cada alumno, y su inserción en una sociedad intercomunicada que trabaja en equipo.  

Sir Ken Robinson, experto en innovación en la educación, nos pone además frente a un hecho que remece en sus bases la educación como la conocemos hoy: los niños que hoy entran a prekinder, cuando salgan a buscar trabajo después de la formación profesional, será en puestos que hoy no existen, usando tecnologías que no se han inventado, para resolver problemas que ni sabemos cuales ni cómo serán. Claramente, el actual sistema de educación no prepara a los alumnos para esa realidad. Se requiere de un enfoque enteramente nuevo para ello, enfocado en desarrollo del talento personal. No sirven solo la transmisión de conocimientos y la adquisición de habilidades. Se debe aprender a aprender a resolver problemas en un mundo rápidamente cambiante. Se debe desarrollar a su máximo potencial los talentos individuales de cada persona, para que esté bien preparado para lo que tendrá que enfrentar. 

El colegio debe ser el lugar donde se descubren los talentos de cada alumno y se orientan hacia su desarrollo. Debe ser un lugar de encuentro, donde el alumno aprende a establecer vínculos y trabajar en equipo. Debe ser además un lugar donde recibe y desarrolla valores, que le servirán para orientar sus talentos hacia el bien común y apreciar el esfuerzo, la disciplina, el sacrificio, el rigor en la investigación. Y, por supuesto, un lugar donde “aprende a aprender”. Un ejemplo de este enfoque es The New American Academy, que pone el énfasis en la relación profesor-alumno desde una perspectiva de mentoría, y con una metodología interdisciplinaria en el aula (más de un profesor por clase)

La Universidad debe ser el entorno de profesionalización del alumno. Ya ha descubierto durante su estadía en el colegio cuáles son sus talentos. Ha sido entrenado en el rigor, la disciplina, el esfuerzo, el trabajo en equipo. Tiene una base cultural y teórica del conocimiento general. Ahora hará de todo ello una profesión. La Universidad entregará herramientas para profesionalizar al alumno. Le permitirá especializarse en materias que le son afines y en las que ha demostrado talento. Le permitirá generar un curriculum académico adhoc a sus talentos y afinidades, orientando todo lo que aprendió en el colegio hacia una profesión. 

¿Que pasa con las personas que les tocará estar en medio del cambio, y fueron educados con los formatos tradicionales? Un nuevo concepto está tomando carta de naturaleza: life long learning. Pero, ¿como costear una educación continua si ya los costos de la educación son altísimos? Ante esa necesidad, el mercado ya ha reaccionado, creando los MOOC (Massive Online Open Course) que adquirieron notoriedad el año 2011, a raíz del éxito del MOOC sobre inteligencia artificial que lanzó Stanford. 

Lo que Stanford hizo a fines del año 2011 ha supuesto un nuevo paradigma, que podría cambiar el modelo de negocios de los cursos de formación profesional permanente. Stanford sacó cuatro cursos Online. Uno de ellos era sobre Inteligencia Artificial, dado por dos eminencias mundiales en la materia, profesores de Stanford. Las previsiones eran que se matricularían alrededor de 300 a 500 personas. Se matricularon 160 mil. Veinte mil personas aprobaron el curso, la mayoría independientes que no estaban cursando pregrado. Más de 400 tuvieron puntaje total en el examen final, la mitad de los cuales no eran de Stanford. Seis Universidades europeas dieron 4 créditos a los alumnos de sus universidades que aprobaron el curso. Con  ello, se creó un nuevo modelo de negocios donde todos ganan. Lo describe Steve Ruth en una conferencia que realizó el Information Technology and Innovation Forum (ITIF) la última semana de marzo del 2012, sobre la forma en que las TIC están cambiando los paradigmas de la educación superior. El modelo consiste en que profesores de renombre mundial, en conjunto con Universidades, generan cursos online, que pueden ser atendidos desde cualquier lugar del mundo. Las personas que no pagan reciben un certificado de asistencia. El resto paga por ser acreditado. Universidades distintas de la que generó el curso pagan un fee a la Universidad generadora de contenido para que se atienda a sus alumnos. Con ello, aumenta la cobertura de educación de pre y postgrado, los profesores renombrados ganan más, la Universidad generadora también y las Universidades que pagan un fee ahorran costos.

Harvard y el M.I.T. no se quedaron atrás, y anunciaron conjuntamente la creación de una organización llamada eDX, cuyo objetivo es entregar versiones Online gratuitas de los cursos que se imparten en ambas Universidades. Su objetivo es llegar a cientos de millones a personas en todo el mundo.
Stanford apunta además a ofrecer Programas de Master of Science con su sello de calidad por precios tan bajos como US$2,000 anuales.

Este modelo permite visualizar que se generará un amplio y competitivo mercado de cursos, donde habrá tres roles: generadores de contenido, acreditadores y profesores/tutores. Al estar todos unidos en la red, habrá una amplia gama de alternativas de curso, generando incluso curriculae personalizadas por alumno. Con esos cursos “sueltos” se podrán armar Diplomados, Magister y Seminarios. El mercado crecerá exponencialmente, al reducirse sustancial mente los costos sin merma de la calidad.

Hablo de “modelos” y no de “un modelo” porque no creo que para la Sociedad del Conocimiento exista solo una forma de hacer las cosas. La realidad es que estos modelos alternativos de educación ya existen,  y  más están por llegar. Algunos están en etapa de prueba. Otros, en pleno desarrollo. Otros, en fase de plan piloto.

De algunos de ellos hablé también en mi blog anterior, como el concepto de “flipping the classroom” de la Khan Academy. Al menos 36 colegios ya han adoptado su paradigma. Sugata Mitra ha realizado impresionantes experiencias con “autoaprendizaje” por parte de niños de distintas edades, en lugares remotos donde no hay profesores.  Roger Schank es de la opinión que “los colegios no deberían existir”, y  ha generado ya al menos un posgrado (MBA) de “learning while doing” (hacer mientras se aprende), prácticamente 100% Online, con bolsa de trabajo incluida para cuando los alumnos egresen. Lew Perelman ha acuñado el término “Hyperlearning” (HL) para juntar tecnologías con conocimiento y fragmentar las unidades de aprendizaje. También aboga por algo “en vez” de la educación. Ya hay varios "startups" de colegios que ofrecen educación prácticamente gratis...

Se está lanzando durante 2012 la primera Universidad Virtual de élite, el proyecto Minerva, cuyo rector será Larry Summers (ex rector de Harvard, y ex crítico de la educación a distancia de élite mientras estaba en Harvard). Se basa en la idea de que el 90% de los postulantes a las 30 mejores Universidades de EEUU son rechazados, quedando un espacio enorme de buena calidad para cubrir, con buenos contenidos, buenos profesores y costos sustancialmente menores.

En Chile, tenemos a The Think Academy que ha llevado la malla curricular oficial del Ministerio de Educación a una plataforma 100% online, permitiendo que los más avanzados vayan más rápido, y los menos avanzados vayan a su ritmo con mayor apoyo.

En Uruguay, el Plan Ceibal, consistente en entregar un notebook a cada alumno provocó una "revolución digital" en el aula, y aunque inicialmente tuvo fuerte resistencia en el profesorado, las bondandes del sistema hicieron que hoy no sea ampliamente apoyado. Otro tanto hizo Portugal con el "Proyecto Magallaes", con idénticas dificultades y igual éxito. Argentina y Venezuela se están sumado a este nuevo paradigma. En Chile, una experiencia exitosa ha sido el Proyecto Wilan, impulsado por la ex alcaldesa Carolina Plaza, que entregó un notebook por alumno en colegios con alumnos socialmente vulnerables, y donde se repitió el mismo patrón: resistencia inicial, aprobación y éxito. Wilan permitió una mejora del 67% en la tasa de aprobación en la prueba neurolingüística para niños de 4° básico, y una mejora del 25% en la prueba SIMCE - la prueba nacional de asimilación de contenidos.

En definitiva, ya están en marcha múltiples iniciativas en varios lugares del mundo, para cambiar el paradigma del aula de clases, y cada día se están incorporando otras nuevas, a una velocidad creciente. Pienso que este movimiento para cambiar la eduación va a tomar cuerpo seriamente en un plazo de 5 años.

Pienso también que, al menos en la educación superior, se va hacia un modelo de fragmentación por el cual los alumnos podrán tomar asignaturas para armar cada uno su carrera acorde a sus talentos, afinidades y necesidades, y las Universidades serán centro de integración y acreditación de talentos más que de instrucción. Eso sí, seguirán investigando. Habrá más y mejor educación superior, a una fracción del costo actual.

En lo que he encontrado consenso transversal  en todos los países donde he preguntado, es que el modelo actual simplemente ya no sirve. Y que es necesario comenzar cuanto antes a moverse en otra dirección.

Participando en debates de TED en LinkedIn he descubierto también que los problemas de los profesores en Chile no son distintos de los problemas de los profesores fuera de Chile; ni tampoco lo son los problemas de los directores de colegio; ni el financiamiento público de la educación básica, media y superior; ni el problema del endeudamiento de los estudiantes universitarios. Son problemas mundiales.  

Alfredo Barriga
Profesor 

domingo, 4 de marzo de 2012

Los Talentos improductivos que podrían cambiar el mundo

Todas las personas al nacer vienen provistas de talentos.  De tipo intelectual. De tipo artístico. De tipo manual. De tipo emocional. De tipo deportivo. Un poco de todo. Un poco de algunos. Lo concreto es que son talentos.
Estos talentos suponen la principal herramienta con la que cada ser humano ha sido dotado para crear valor, desarrollarse profesional y humanamente (“ser” persona), y generar un ingreso para sacar adelante su familia (o en algunos casos, hacerse rico).
Estos talentos existen; están presentes. Pero, no todos son desarrollados ni todos se ponen donde mejor resultado puedan tener. El mundo sería infinitamente más próspero y justo si todas y cada una de las personas pudieran desarrollar sus talentos y ponerlos a trabajar donde más felicidad les traiga. El principal escollo para que algo así sea posible, es que es considerado como imposible. En su reemplazo, hemos generado un sistema que, por la vía de los mecanismos de mercado y de la intervención del Estado, se supone nos entrega “la mejor solución posible”.

Esta “mejor solución posible” ha permitido crear prosperidad en muchas naciones, pero el dato duro es que la mayor parte de la humanidad no vive en la prosperidad sino más bien sigue en la pobreza. Ni el mercado, ni el Estado, ni las Organizaciones Internacionales han sido capaces verdaderamente de cambiar esta realidad, a pesar de los años transcurridos y los enormes recursos dedicados a ello.

Los talentos inherentes de la humanidad no solo no han sido desarrollados, sino que en aquéllos casos en los que han sido desarrollados, no siempre están puestos a trabajar donde mayor afinidad sus dueños sienten. Si preguntara “¿trabajas en lo que tienes talento y donde más te gusta?” no creo que la respuesta mayoritaria fuese “Sí”. Entre la población que no puede trabajar en aquello para lo que se siente más dotada porque no tiene esa opción laboral y la población que no puede hacerlo porque ni siquiera recibió la educación para desarrollar sus talentos, hay una inmensa cantidad de personas frustradas, irritadas… indignadas, y tienen todo el derecho y la razón para estarlo.

El hecho concreto es que el planeta Tierra tiene recursos innumerables y renovables, que generarían un mundo más próspero y justo, donde las personas se sentirían contribuyendo a la vez que hacen lo que más les gusta y donde tienen más talentos, y no estamos utilizando esos recursos. La pobreza en el mundo y la mala distribución del ingreso son un indicio de mala economía y mala política más que de otra cosa. No se reconoce la variable “talento” dentro de los modelos económicos ni dentro de las políticas de Estado… ¿simplemente, porque no se puede medir?

El talento se puede descubrir, desarrollar y optimizar su distribución con la misma eficiencia que se descubre, desarrolla y distribuyen los recursos naturales transformados en productos de valor.  La reforma de la salud debería apuntar esencialmente a ese cambio radical de paradigma: la Educación debe tener por objetivo encontrar y desarrollar los talentos de cada persona. Debe entregarle las herramientas para que pueda perseguir su felicidad y trabajar en lo que más le gusta y para lo que tenga más talento.

Internet está creando un sistema que está permitiendo crecientemente a las personas descubrir sus talentos, desarrollarlos y encontrar cómo y dónde ponerlos a trabajar. La herramienta existe y se está poniendo a punto. Lo que falta es la voluntad política de hacer el gran cambio de foco, hacia el desarrollo del talento de las naciones, por encima del desarrollo de sus restantes recursos, naturales o industriales y financieros. El desarrollo de éstos es lo que el mundo ha estado haciendo en los últimos 230 años. Es hora de cambiar el enfoque, y es algo que debe venir desde las personas, ya que ni el sistema ni el Estado lo van a resolver. Como Albert Einstein dijo, “los problemas no pueden ser resueltos por las mismas personas que los ocasionan”.

Alfredo Barriga

Unproductive Talents could change the World

All people, when born, are endowed with talents. Intellectual talents. Artistic talents. Sports talents. Manual talents. Emotional talents. Spiritual talents. Some in bigger amount than others, but in the end… talents!

These talents have the inherent potential of creating value. Paid-for value or non-paid for value but value nonetheless. These talents mean that every human being comes to Earth endowed with the tools it needs to develop and prosper, to pursue its happiness. Only those talents are not always discovered, nor put to work, nor efficiently allocated. And sometimes, even though they are discovered and put to work, they don´t do it in an environment of affinity. So, if I asked the question “Do you feel you are working where you like the most and where your talents are being fully used”? , I think “No” would be the winner.

Talents with inherent potential of value creation which are not discovered, developed and allocated are assets, or resources, that do exist but are not put to work. Which leads me to think that poverty is a matter of wrong economic and political policies rather than anything else. The world would be by far more wealthy and just if everyone could work where he or she is most talented and likes best working at. And neither Governments, nor International Organizations, nor Economists put that statement as a possibility. Rather, it is seen as impossible, because “talent” is, at present, not measurable.  So, the best “possible” solution has been, for more than two hundred years, a mix of market mechanisms and Government actions. Despite the time elapsed and the resources involved in all these years, the outcome remains the same: more people live in poverty than in prosperity in the World. And they are fed up with it.

If all talents were discovered, developed and put to work, the economy would produce a bigger and more valuable output, which in turn could provide bigger valuethat could be given to people who produce such value. My content is that talent can be discovered, developed and put to work as well and efficiently as we have learned how to put to work financial, industrial and natural resources. The first step is to acknowledge that talent is a resource, perhaps the biggest, most valuable resource humanity is being gifted with, continuously. A constantly renewable resource we are underestimating, undervaluing and misusing.

The Internet is creating the environment that is increasingly allowing people to discover, develop and put to work their talents.  The tool is there, and it is fine-tuning itself each time more. What rests is political will of making a big shift in the Theory of the whole system, from the development of nations towards the development of talents, as a better and shorter road to the Wealth of Nations and of People. During more than 200 years all focus has been put in developing financial, industrial and natural resources.  It is time to change the focus, and it must been done from the outside, since problems will not be solved by those who created them

Alfredo Barriga