lunes, 7 de noviembre de 2011

El debate faltante sobre la educación del S XXI

La educación pública se inventó en el S XIX, y fue funcional a la revolución industrial y a la Sociedad Industrial, como explica con mucha claridad Sir Ken Robinson 



Este modelo no sirve para la Sociedad del Conocimiento que está comenzando. Al ser el conocimiento un recurso económico, la economía del conocimiento requiere, para desarrollar su potencial, que las personas puedan trabajar en lo que tienen más talento y afinidad, ya que son las personas quienes generan el conocimiento. El modelo educativo basado en mallas curriculares estándar y metodologías jerarquizadas de aprendizaje no permite que el talento de cada uno florezca en el ambiente educativo. Muchos lo consiguen, pero otros tantos – me temo que la mayoría - viven frustrados de no poder trabajar en lo que más les gusta y en lo que se sienten más dotados. Es un descomunal  desperdicio de talento que supone un desperdicio peor de recursos.

El punto es cómo generar un sistema educativo que sea a la vez personalizado y escalable. Es lo que no nos dice Sir Ken Robinson en sus planteamientos. Aquí va una propuesta.

Los colegios tienen una doble función: docente y formativa. Los niños van a clases a aprender y a formarse. Sin embargo, el sistema actual requiere que la mayor parte del tiempo se dedique a la instrucción, y la formación es parte de la misma, casi como un subproducto. Internet permite cada vez más que la parte docente sea una auto-instrucción.

Salman Khan (The Khan Academy, www.khanacademy.org/) ha introducido un interesante paradigma denominado “flipping the classroom” (intercambiando la clase). Su metodología de enseñanza le ha permitido que la instrucción sea realizada por el alumno por su cuenta (clases vía YouTube), y “las tareas” sea lo que se haga en clases. Ello permite, usando tecnología, saber qué alumnos han avanzado más y quienes menos. A través de tecnología, se ayuda a los que van más atrasados con el apoyo de los que van más adelantados. El resultado es que no se requieren clases de más de media hora, y los alumnos aprenden y aplican lo aprendido continuamente.

¿Qué se hace con el resto del tiempo? Aquí viene la parte formativa. Veo en el futuro a los profesores en un rol 50% de mentor y 50% docente. Su función es ayudar a que cada alumno pueda descubrir sus talentos naturales y desarrollarlos dentro y fuera del colegio. Con la información generada por el paradigma “flipping the classroom” se puede definir cuales asignaturas son las que cada alumno debe desarrollar más – al estar en el centro de su talento y su afinidad – y cuales puede tomarlas a título de “conocimiento general”. Los alumnos no estarían por lo tanto en un curso (o sea, un grupo heterogéneo de alumnos que comparten aula a lo largo de toda su docencia) sino que en aquéllas clases que realmente los potencian. Al estar con compañeros que comparten sus afinidades, la clase entera se potencia. Los profesores, según sus propios talentos y afinidades, pueden ayudar así a aquéllos alumnos que mejor pueden apoyar y descubrir su talento. Eso crea un entorno estimulante para la creatividad de alumnos y profesores, dejando a los primeros mejor preparados para el mundo en que les tocará vivir.

Al pasar a la Universidad o Centro Técnico, el paradigma continúa. Definidas las afinidades y talentos, las Universidades pueden ofrecer a todos una primera etapa (dos años) en la cual los alumnos toman asignaturas que le son más afines, independiente de cual carrera quieran seguir. Los dos años siguientes, se especializan, para obtener un título de pregrado. Un año más para posgrado, y otro para para doctorado.

En la Sociedad del Conocimiento la formación profesional será una actividad continua. Ahí las Universidades y Centros Técnicos cumplirían el mismo rol que hoy ofrecen con los diplomados y posgrados ejecutivos, pero en vez de “envasarlos”, agrupando asignaturas para la obtención de un título, permitirán que cada alumno elija las asignaturas que le interesen, quedando acreditado en esa asignatura concreta dada por un profesor concreto, en vez de un diplomado que, en la práctica, no dice mucho sobre qué ha aprendido.

El Massachussets Institute of Technology (MIT) inventó hace años el concepto de “OpenCourseWare”, por el cual cualquier persona tiene acceso al material usado en asignaturas impartidas en esa prestigiosa Universidad y otras de gran renombre. El Modelo no se desarrolló porque no había Modelo de Negocios detrás. Lo que se propone arriba se lo daría: las personas pagarían a la Universidad por acreditarse en los cursos de su interés a cuyo material acceden gratis, lo cual pasa por algún tipo de interrelación con el profesor que imparte la materia, que también cobra por ello. Así todos ganan, y cada persona puede especializarse en materias concretas que tienen que ver con sus talentos y afinidades, mejorando su currículum.

Internet está permitiendo que cualquiera pueda “ir a clases” en cualquier lugar del mundo. También está permitiendo que cualquier empleador pueda buscar personas con conocimientos muy concretos para trabajos muy concretos, y que personas de un país puedan trabajar para empresas de cualquier país. El paradigma de que las personas trabajan en un puesto fijo en una empresa está dando paso a uno nuevo por el cual las personas trabajan para varias empresas en materias en las que son más talentosas y afines, generando independencia económica y mejor control de la carrera profesional, aunque sea a costa de mayor incertidumbre. No van a tener alternativa, según la Sociedad del Conocimiento se desarrolle, y se requiera cada vez más de trabajos muy especializados que no justifican contratar en planta a una persona.

De esta forma pienso que se desarrollará la educación que se requiere para la Sociedad del Conocimiento y para la Economía del Conocimiento. En 30 años más, la forma que las personas se educan, buscan trabajo y desarrollan su carrera profesional habrá cambiado totalmente. Habrá más incertidumbre pero también más oportunidades. Las nuevas generaciones sabrán que, en un mercado globalizado de 7 mil millones de personas, no necesitarán de un puesto de trabajo fijo, sino que podrán dedicarse a lo que más les gusta y más talento tienen, porque en ese mundo tan grande siempre tendrán trabajo, que no es lo mismo que tener "pega". Y al trabajar en lo que más les gusta, serán más productivos y tendrán mayor bienestar.

Todo lo anterior hace de la actual discusión sobre modelo de educación algo cortoplacista, que no va a preparar mejor a los niños que hoy se incorporan a la educación en prekinder y en 20 años más buscarán trabajo.
Alfredo Barriga

1 comentario:

  1. Mis disculpas a los primeros lectores por algunas frases mal construidas. Espero esta versión sea mas clara

    ABC

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