domingo, 4 de marzo de 2012

Los Talentos improductivos que podrían cambiar el mundo

Todas las personas al nacer vienen provistas de talentos.  De tipo intelectual. De tipo artístico. De tipo manual. De tipo emocional. De tipo deportivo. Un poco de todo. Un poco de algunos. Lo concreto es que son talentos.
Estos talentos suponen la principal herramienta con la que cada ser humano ha sido dotado para crear valor, desarrollarse profesional y humanamente (“ser” persona), y generar un ingreso para sacar adelante su familia (o en algunos casos, hacerse rico).
Estos talentos existen; están presentes. Pero, no todos son desarrollados ni todos se ponen donde mejor resultado puedan tener. El mundo sería infinitamente más próspero y justo si todas y cada una de las personas pudieran desarrollar sus talentos y ponerlos a trabajar donde más felicidad les traiga. El principal escollo para que algo así sea posible, es que es considerado como imposible. En su reemplazo, hemos generado un sistema que, por la vía de los mecanismos de mercado y de la intervención del Estado, se supone nos entrega “la mejor solución posible”.

Esta “mejor solución posible” ha permitido crear prosperidad en muchas naciones, pero el dato duro es que la mayor parte de la humanidad no vive en la prosperidad sino más bien sigue en la pobreza. Ni el mercado, ni el Estado, ni las Organizaciones Internacionales han sido capaces verdaderamente de cambiar esta realidad, a pesar de los años transcurridos y los enormes recursos dedicados a ello.

Los talentos inherentes de la humanidad no solo no han sido desarrollados, sino que en aquéllos casos en los que han sido desarrollados, no siempre están puestos a trabajar donde mayor afinidad sus dueños sienten. Si preguntara “¿trabajas en lo que tienes talento y donde más te gusta?” no creo que la respuesta mayoritaria fuese “Sí”. Entre la población que no puede trabajar en aquello para lo que se siente más dotada porque no tiene esa opción laboral y la población que no puede hacerlo porque ni siquiera recibió la educación para desarrollar sus talentos, hay una inmensa cantidad de personas frustradas, irritadas… indignadas, y tienen todo el derecho y la razón para estarlo.

El hecho concreto es que el planeta Tierra tiene recursos innumerables y renovables, que generarían un mundo más próspero y justo, donde las personas se sentirían contribuyendo a la vez que hacen lo que más les gusta y donde tienen más talentos, y no estamos utilizando esos recursos. La pobreza en el mundo y la mala distribución del ingreso son un indicio de mala economía y mala política más que de otra cosa. No se reconoce la variable “talento” dentro de los modelos económicos ni dentro de las políticas de Estado… ¿simplemente, porque no se puede medir?

El talento se puede descubrir, desarrollar y optimizar su distribución con la misma eficiencia que se descubre, desarrolla y distribuyen los recursos naturales transformados en productos de valor.  La reforma de la salud debería apuntar esencialmente a ese cambio radical de paradigma: la Educación debe tener por objetivo encontrar y desarrollar los talentos de cada persona. Debe entregarle las herramientas para que pueda perseguir su felicidad y trabajar en lo que más le gusta y para lo que tenga más talento.

Internet está creando un sistema que está permitiendo crecientemente a las personas descubrir sus talentos, desarrollarlos y encontrar cómo y dónde ponerlos a trabajar. La herramienta existe y se está poniendo a punto. Lo que falta es la voluntad política de hacer el gran cambio de foco, hacia el desarrollo del talento de las naciones, por encima del desarrollo de sus restantes recursos, naturales o industriales y financieros. El desarrollo de éstos es lo que el mundo ha estado haciendo en los últimos 230 años. Es hora de cambiar el enfoque, y es algo que debe venir desde las personas, ya que ni el sistema ni el Estado lo van a resolver. Como Albert Einstein dijo, “los problemas no pueden ser resueltos por las mismas personas que los ocasionan”.

Alfredo Barriga

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